Uno de los sitios obligados de las Rías Baixas es el Parque de la Naturaleza del Río Barosa, en Barro, ideal para pasar una tarde.
El parque se encuentra en la carretera de Pontevedra con Caldas, pasando Barro. Está bien indicado por lo que no tiene pérdida, cuenta con un fácil acceso en coche a un amplio aparcamiento, además en las inmediaciones, hay un parque para los más pequeños.
Los fines de semana es lugar muy concurrido, por lo que esta vez decidimos ir un día de semana con la idea de hacer la ruta de senderismo y sacar unas fotos.
Entrando en el recinto nos encontramos con la joya de la corona, una gran cascada con sus molinos, que aprovechaban la fuerza del auga para moler el grano de la zona.
Uno de los molinos de la zona baja está rehabilitado y funciona como bar, aunque ese día estaba cerrado. En el entorno también hay mesas para aquellos que prefieran llevar su comida.
La ruta de senderismo empieza en el margen izquierdo, subiendo pegado al río, hay numerosos bancos para relajarse y disfrutar de unas vistas impresionantes sobre el salto de agua.
Aunque la ruta no es dificil se recomienda calzado apropiado, pues la senda va pegada al río sobre el cual tiene un desnivel considerable.
La mayoría de molinos no están en tan buenas condiciones como los de la parte baja, aunque este factor le da cierto encanto a la ruta. La mayoría conservan la muela pero no el tejado.
Finalizada la subida llegamos a una carretera la cual marca un punto de inflexión.
Desde este lugar podemos continuar el camino por el margen izquierdo y pasando por otra de las tabernas típicas vamos dejando atrás el estruendo para seguir por un sendero, acompañados de algunos patos y ocas, con el río en calma y siendo esta parte del trayecto mucho más llevadera.
El puente nos marca el final del camino y decidimos regresar por la otra orilla del río, aunque desde este punto se puede continuar hacia la iglesia de San Breixo.