Visitar las Islas Cíes es empaparte del encanto de nuestras tierras y sumergirte en un lugar mágico, único en el mundo y bautizado ya en la época de los romanos como las islas de los dioses.
En este primer artículo queremos darte cinco de esos 12 motivos para que este enclave espectacular de la costa viguesa se convierta en uno de tus destinos vacacionales preferidos. Sus tesoros naturales y vistas de ensueño te quitarán el hipo.
1. Las Cíes son Patrimonio Natural de la Humanidad, declarado por la UNESCO: Sus playas de postal totalmente salvajes, su arena blanca y su agua cristalina son las delicias de viajeros y amantes de la fotografía. En este lugar tan especial encontrarás hasta nueve playas. La más famosa de todas ellas es la de Rodas, declarada como la mejor del mundo según el prestigioso periódico The Guardian.
2. Descubrirás la belleza de sus bosques de algas pardas y sus paisajes dunares: Ambos son muy característicos de las Islas Cíes. Los primeros tienen especies de hasta dos metros de altura y los segundos son una muestra maravillosa de la belleza natural del lugar, compartida con otras islas del Parque Atlántico como Ons.
3. La ruta de los faros: Si te gustan esta clase de creaciones arquitectónicas, te derretirás en la visita a la isla do Faro. Situado a 178 metros de altura sobre el nivel del mar, podrás acceder y contemplar una impresionante panorámica de los acantilados y la isla de San Martiño. Cerca de él hallarás el faro da Porta, que funciona con energía solar e indica el inicio de la zona de reserva de aves marinas. En la isla norte o de Monteagudo está el faro do Peito, y en la isla Sur o de San Martiño encontrarás el faro Dos Bicos.
4. El lago Dos Nenos: Recibe este nombre la superficie que se forma justo detrás de la playa de Rodas y que une las dos islas: Monteagudo y do Faro. Por el lado abierto al mar hay una pasarela que se convierte en el único nexo de unión entre ambas islas cuando la marea sube mucho. ¿Lo más característico de esta laguna? Que constituye un rico ecosistema de multitud de especies marinas. De hecho, uno de los mayores atractivos de este lago para los niños (y no tan niños) es acercarse a él y ver la cantidad de peces que lo habitan, ya que su superficie transparente los deja ver.
5. Las rutas: En las islas de Faro y de Monteagudo existen cuatro itinerarios señalizados. La Ruta del monte Faro es la más popular. Larga pero prometedora: nos lleva hasta el faro, desde donde se contempla una panorámica general de las Rías Baixas. La Ruta del Faro da Porta se desvía de la anterior hacia este otro pequeño faro. La Ruta del Alto do Príncipe, en la Isla Norte o de Monteagudo, nos conduce a la Cadeira da Raíña, un curioso conjunto rocoso modelado por la erosión, que ofrece espectaculares vistas de los acantilados; y por la Ruta de Monteagudo llegamos al Faro do Peito, el lugar más próximo al continente.
6. Su historia: Las islas Cíes estuvieron habitadas desde la Edad de Bronce hasta mediados del siglo XX. Sus pobladores sufrieron las invasiones suevas y musulmanas y multitud de saqueos piratas, el más feroz de todos el del pirata inglés Francis Drake en el siglo XVI. En las islas hay restos de un poblado castreño, el Poboado das Hortas, y de distintas construcciones (molinos, fábricas de salazón, cementerio, cuartel y cárcel…). El convento de San Esteban (siglo VI) fue rehabilitado para Centro de Interpretación.
En la siguiente parte te daremos otras seis razones para acabar de convencerte de que debes visitar este trozo de paraíso.